Llegó septiembre y, con él, la vuelta a la rutina, los horarios y los ritmos (a veces frenéticos) que marcan nuestro día a día. Los padres con niños de tres años se enfrentan además aun cambio de ciclo que muchas veces trae consigo dudas y nervios.
Si además han optado por un modelo de educación bilingüe, el poder de la incertidumbre se multiplica. Para ayudarnos a gestionar eficazmente esta situación, Gillian Flaxman, Directora del British Council School, señala cuatro sencillas pautas a seguir por los centros y las familias:
1. Preparación y orientación. Cuando los niños (y sus padres) se disponen a iniciar la etapa escolar, es fundamental que conozcan de antemano cuáles van a ser las nuevas rutinas, qué actividades se prevén para los primeros días de colegio y quiénes van a ser sus personas de referencia en el centro.
El mero hecho de que los padres lo visiten antes del comienzo de las clases y participen en jornadas informativas en las que se abordan estos temas va a fomentar la creación de un clima de confianza y seguridad que trasladarán a sus hijos.
Junto con esta preparación, el periodo de adaptación permite que los pequeños se acostumbren poco a poco al nuevo ritmo y entorno, por lo que resulta también clave para empezar con buen pie el curso.
2. La introducción al sistema bilingüe es también crucial, ya que muchos niños comienzan el cole con solo dos años, y no saben ni una sola palabra en inglés. Tal y como explica Flaxman, “en nuestro centro les ayudamos a asociar a cada persona con su idioma”.
Por ejemplo, los alumnos del British Council School van a tener una profesora británica que, aunque entiende el castellano, les va a hablar en todo momento en inglés. De este modo, van a ir aprendiendo desde el primer día que con ella se tienen que comunicar en esta lengua. Para relacionarse en castellano, contarán con una instructora bilingüe y con una profesora de español.
En paralelo, la iniciación en el aprendizaje del inglés se va a realizar a través del uso de canciones y de la realización de rutinas. Este proceso se va a basar en la escucha y comprensión de nuevas palabras. La música y la repetición de expresiones a través de las rimas resultan muy útiles para memorizar vocabulario, y se refuerzan con la proyección de vídeos con los que podrán relacionar los conceptos con sus correspondientes imágenes.