Como sabes, este año conmemoramos el IV centenario de la muerte de Shakespeare con el programa de actividades culturales Shakespeare Lives. Como parte de este, cada mes reinventamos una obra de Shakespeare en forma de película.
Coincidiendo con la celebración el día 15 de los idus de marzo, recordamos la muerte de Julio César con la adaptación de la obra homónima de Shakespeare, a cargo del director español Pedro Martín-Calero. Aprovechamos el estreno para charlar con él sobre su experiencia rodando el cortometraje, protagonizado por el actor de Juego de Tronos Mark Stanley (en el papel de Brutus) y por Tony Osoba (como Julio César).
Pedro inició su carrera como director de fotografía para descubrir años después su verdadera vocación por la dirección y el rodaje de videoclips y cortos en Madrid. Actualmente, divide su tiempo entre Barcelona y Londres y está inmerso en la preparación de su primer largometraje en Estados Unidos.
1. Para aquellos que no han leído ni asistido a una representación de Julio César, ¿cómo resumirías su argumento en una línea?
-El poder corrompe al hombre.
2. ¿Cómo surgió el proyecto?
-El British Council se puso en contacto con Colonel Blimp, la empresa que me representa en Inglaterra, para hacer una película para el proyecto Shakespeare Lives 2016. Al ver mi cuerpo de trabajo, y eso que en principio el proyecto solo lo podían hacer directores nacidos en Gran Bretaña, me pidieron preparar un cortometraje para esta iniciativa. Y claro, yo encantado.
3. ¿Cuántas personas han participado? ¿Durante cuánto tiempo lo has estado preparando?
-Éramos muchos: no sé decirte cuantos exactamente. Solo en rodaje estábamos alrededor de treinta personas, así que quizás unos cincuenta o sesenta en total. Y en cuanto a la preparación, habré estado unos tres meses trabajando en el proyecto, pero no a tiempo completo.
4. ¿Conocías la obra? ¿Qué fue lo que más te llamó la atención?
-Sí, la conocí hace muchos años a través de una adaptación cinematográfica. Cuando era bastante joven vi Julio César de Leo Mankiewicz y flipé, me encantó. Lo que más me ha llamado la atención esta vez, leyéndola con calma, es la belleza del texto: a veces me parecía que estaba leyendo poesía en lugar de teatro.
5. ¿Cuál ha sido el punto de partida, la idea inicial de tu cortometraje? ¿Qué ideas y sentimientos quieres transmitir?
-Que las conspiraciones políticas han existido, existen y existirán y que el poder corrompe al hombre.
6. ¿Habías dirigido anteriormente la adaptación cinematográfica de una obra teatral? ¿Qué has aprendido con este trabajo?
-No, nunca, la primera vez. He descubierto que me encanta leer teatro o, al menos, a Shakespeare.
7. ¿En qué se parece este proyecto a otros que has realizado para la industria televisiva, musical, etc.?
-Al final en éste y en todos los proyectos audiovisuales siempre intentas contar una historia o plasmar un sentimiento para expresar y provocar ciertas emociones a través de la imagen y el sonido.
8. ¿Qué consejo darías a un director novel que quiera despertar el interés de la audiencia actual en una historia de finales del siglo XVI?
-Que haga la historia suya, que intente contar lo que le preocupa en este mundo a través de sus personajes. Así siempre su historia será actual.
9. ¿Cómo ha sido trabajar con los actores Mark Stanley (Juego de Tronos) y Tony Osoba (Porridge)? ¿Puedes contarnos alguna anécdota del rodaje?
-Ha sido un auténtico placer, han sido muy generosos y muy buenos profesionales. Podríamos decir que mi inglés es mejorable y, a veces cuando dirigía a los actores, me daba cuenta de que no me estaban entendiendo y eso está muy bien, no pasa nada: yo a veces tampoco me entiendo a mí mismo.
10. ¿Cuál es tu primer recuerdo de Shakespeare o situación en la que descubriste a este autor?
-Realmente no me acuerdo, tengo la sensación de que siempre ha estado ahí. Desde que tengo uso de razón conozco la historia de Romeo y Julieta y supe quien la escribió: era Shakespeare, ¿no?
11. Si Shakespeare fuera un producto que se pudiera comprar en un supermercado, ¿qué sería? ¿Por qué?
-Un solomillo de ternera porque está buenísimo y no necesita prácticamente nada más: lo haces un poco por los dos lados, le echas un poco de sal (Maldon) y ya está.