Por Claudia Xibixell

02 enero 2018 - 12:10

Inteligencia emocional infantil

Cada vez se habla más de ella en los centros educativos y en eventos destinados a promover el desarrollo profesional y personal de educadores, psicólogos o personas interesadas en alcanzar un mayor equilibrio y felicidad en sus vidas. Por eso hoy hablamos con nuestra compañera Claudia Xibixell, Orientadora Escolar y Coordinadora del Wellbeing Group del British Council School, que nos aclara qué es la inteligencia emocional, cuáles son sus beneficios para niños y jóvenes y cómo puede favorecerse en los centros educativos y en nuestros propios hogares.

¿Qué significa ser emocionalmente inteligente?

-La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos las personas para poder detectar, reconocer y gestionar las emociones propias y ajenas. Se refiere también a una capacidad para manejar una serie de habilidades sociales y actitudes.

Los elementos que la componen son: a) la conciencia de uno mismo como ser que siente, piensa y se relaciona con otros en diferentes entornos; b) la capacidad para una apropiada autorregulación de las emociones que sentimos; c) un adecuado control de impulsos que nos permite pensar antes de actuar, previa valoración de las consecuencias que nuestros actos pueden acarrearnos y d) la capacidad para regular los niveles de estrés y ansiedad. Por lo tanto, ser emocionalmente inteligente significa contar con estas habilidades y destrezas al servicio de una vida más equilibrada y productiva.

¿Qué beneficios genera a corto y a largo plazo para nuestros hijos?

-Los beneficios de la inteligencia emocional infantil son muchos porque ayuda a promover una adecuada autoestima y una mayor resiliencia, que se define como aquella fortaleza interior que desarrollamos, en mayor o menor medida, para no sucumbir frente a los conflictos o avatares de la vida. El autocontrol y dominio de las emociones hacen que ponderemos las circunstancias vitales que atravesamos sin llegar a desbordarnos por las emociones y sentir pérdida de control sobre las circunstancias que nos tocan vivir.

A corto plazo, es beneficioso para nuestra autoestima, pues sentimos que controlamos las circunstancias y no al contrario.

A largo plazo, favorece el autoconocimiento y la madurez personal porque las experiencias vividas pasan a formar parte del bagaje experiencial que reafirma nuestra identidad y nuestra capacidad para gestionar conflictos. Un componente destacado de la inteligencia emocional es tolerancia a la frustración y la capacidad de espera, que nos proporcionan un equilibrio emocional interno que fortalece nuestra personalidad haciendo que tendamos a vivir una vida más equilibrada y productiva. 

Según señala D. Goleman, con el tiempo llegamos a desarrollar una compasión y un respeto por el prójimo que nos anima a ser más solidarios y libres.

¿Por qué se está fomentando cada vez más el aprendizaje de este tipo de habilidades?

-Porque, emocionalmente hablando, podemos alcanzar una vida más saludable para nosotros mismos y, al mismo tiempo, proporcionar bienestar a otros. Ser felices no debería considerarse una utopía. Si entendemos que somos capaces de superar obstáculos y desafíos a lo largo de nuestra vida y que de ellos saldremos más fortalecidos, podremos predicar con el ejemplo y ayudar a las futuras generaciones a ir por el camino del esfuerzo y del logro personal.

Ser emocionalmente inteligentes conlleva el desarrollo de posturas flexibles que combaten el egoísmo y el individualismo, así como la radicalización de las ideas. En el plano de la salud mental, nos ayuda a controlar de manera eficaz el estrés y la ansiedad dotándonos de una mejor calidad de vida y mayor libertad personal.

¿Qué pautas pueden adoptar las familias para alentar la inteligencia emocional en niños?

-La familia juega un papel fundamental en esta cuestión. Es muy importante que los padres, al educar a sus hijos, lo hagan desde la coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. De esta manera, se evita provocar en los hijos desconcierto y confusión. Se pretende que los niños sean activos y no reactivos, que piensen en lugar de responder desde el impulso. La familia emocionalmente inteligente, dota a su prole de aquellos elementos imprescindibles para la detección de las emociones, ayudándoles a diferenciarlas y a nombrarlas adecuadamente para no crear confusión. Todas las emociones son importantes, no hay mejores ni peores. El truco está en saber utilizarlas oportuna y proporcionadamente. 

El juego, el diálogo, las actividades familiares, en definitiva, las relaciones entre los miembros de la familia, son los mejores canales para ir diferenciando y aprendiendo los diferentes significados que tiene cada una de ellas.

Cuando un niño juega y se frustra porque las cosas no le salen como quiere o cuando un adolescente discute con sus padres, están poniendo en juego una constelación de emociones, sentimientos y pensamientos producto de su mundo interno consciente e inconsciente. No es una tarea fácil para ellos gestionar todas esas experiencias. Por eso, los padres que sí pueden conectar con sus emociones y han sido capaces de mostrar autoconocimiento y autocontrol en la gestión de las mismas, funcionan como modelos referenciales para sus hijos ayudándoles a resolver situaciones de conflicto. No se puede transmitir aquello que no se conoce y eso solo se consigue si se aprende desde la experiencia y no sobre la experiencia.

La función principal de la familia es la de generar amor, esperanza y pensamiento para que los hijos puedan adquirir una autonomía y autoestima que les permita crecer con una adecuada salud mental y emocional.

Claudia Xibixell, Orientadora Escolar y Coordinadora del Wellbeing Group en el British Council School.
Claudia Xibixell, Orientadora Escolar y Coordinadora del Wellbeing Group en el British Council School.

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¿Cuáles son los indicadores de que estamos haciendo un buen trabajo en este campo en la infancia y la adolescencia?

-Afortunadamente, cada vez son más las familias y centros escolares que se preocupan por las cuestiones relativas a la inteligencia emocional. Para mí, este es el indicador más importante de que las cosas van por buen camino, ya que significa que la salud emocional y psicológica de niños y adolescentes ya no es un tema tabú o secundario, sino que se le da el lugar que merece.  

¿Cuál debería ser el papel del centro de enseñanza en este proceso?

-Como sabemos, los niños y adolescentes pasan muchas horas de sus vidas en los colegios e institutos. Estos juegan un papel complementario al de las familias en la cuestión de la educación en inteligencia emocional. La escuela debe proporcionarles herramientas para el adecuado desarrollo de las habilidades sociales en favor de una conducta prosocial. Fomentar la motivación, la cultura del esfuerzo, la solidaridad y el sentido de pertenencia al grupo redunda en un beneficio personal y social que les sirve para integrarse en la sociedad.

Los centros de enseñanza no solo deben ser espacios para la adquisición de los importantísimos conocimientos académicos sino que, al tiempo, deben motivarles y hacerles resilientes para el desempeño de sus futuras profesiones.

¿Cómo se trabaja en el British Council School la inteligencia emocional infantil?

-El British Council School lleva más de 77 años educando en la convivencia y en el respeto entre todos y para todos. El bienestar personal y social de los alumnos es nuestra prioridad. Aparte de una política de Protección de la Infancia y de la promoción de los 5 valores del colegio: Caring, Loyalty, Flexibility, Resilience and Challenge (Cuidado, Lealtad, Flexibilidad, Resiliencia y la Superación de desafíos) contamos con un consolidado programa tutorial basado en los estándares del currículo nacional británico

Desde hace ya varios años, trabajamos con el  sistema de Families, donde los alumnos pertenecen, por tramos de edades, a una “Family” con el objeto de fomentar la relación entre ellos, compartir actividades y donde los alumnos mayores ejercen un rol de responsabilidad, cuidado y guía con los más pequeños. Cada Family tiene un equipo de tutores coordinados por un Family Leader.

Las actividades, competiciones y desafíos que proponemos a nuestros alumnos les animan a ser creativos e innovadores. Para nosotros es fundamental que los niños y jóvenes crezcan como personas solidarias y justas llevando estos valores a su modo de vida y, en el futuro, a sus profesiones.

Por otro lado, en las tutorías hemos introducido un programa de Inteligencia Emocional para favorecer desde muy temprano la gestión proporcionada de sus emociones. Otro factor que nos distingue es mantener un vínculo muy estrecho con las familias en la educación emocional de sus hijos.

Cultivar estas habilidades por parte de los alumnos hace que sus resultados académicos sean mejores. Al tiempo, consolidan su capacidad de atención y concentración, la capacidad de trabajar en equipo, etc.

Los padres y las madres interesados en este tema, ¿a qué instituciones, páginas web y profesionales pueden acudir en busca de recursos?

-Hay muchas y variadas opciones para aquellos padres y madres que estén interesados. Normalmente, los colegios profesionales de la psicología y de la educación cuentan con expertos que han desarrollado programas de formación para ellos y para sus hijos.

Podemos señalar, a otros referentes o expertos en educación como Cristóbal Calero, José Antonio Luengo y Javier Urra, entre otros, que han realizado aportes muy notables sobre estas cuestiones.

Por último, la Consejería de Políticas Sociales y de Familia de la Comunidad de Madrid ha editado una guía llamada Inteligencia emocional. El secreto para una familia feliz. Una guía para aprender a conocer, expresar y gestionar nuestros sentimientos

Claudia Xibixell, Orientadora Escolar y Coordinadora del Wellbeing Group en el British Council School.

Claudia Xibixell

Es Orientadora Escolar y Coordinadora del Wellbeing Group en el British Council School. Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y experta en Psicología Educativa por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, es experta, con mención de excelencia, en “Mediación y resolución pacífica de conflictos” por la Universidad Complutense de Madrid (2007). También es autora de las guías 9 claves del estudiante feliz y Niños emocionalmente inteligentes, disponibles en esta web.

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