Cualquier época del año es buena para salir con los peques a jugar al aire libre, y si además combinamos los juegos con un poco de inglés… ¡mejor que mejor!
Inglés para exteriores
Utilizar elementos naturales para jugar en inglés no es algo nuevo, pero a veces se nos olvida el sinfín de posibilidades divertidas que ofrecen las plantas, los palos o las piedras. Además de acercar a los más pequeños a la naturaleza, es una oportunidad para empezar a enseñarles palabras en inglés que luego verán en la clase de infantil. De ese modo relacionarán lo que vayan aprendiendo en la guardería o el colegio sobre los cambios que se producen durante las estaciones del año con el léxico en inglés que podáis enseñarles vosotros en familia, y les vendrá de perlas para reforzar esos conocimientos. Hay muchos términos que les resultarán familiares y que en cualquier salida podéis ver con ellos en un momento: tree, plant, leaves, branch, flower, stone (árbol, planta, hojas, rama, flor, piedra), etc.
Pequeños tesoros naturales
Dependiendo de la época del año podéis recoger objetos distintos, como conchas de playa (shells) o bien piñas (pine cones), hojas (leaves) o piedrecitas (pebbles) del campo o del parque. Es divertido coleccionarlos y ordenarlos por categorías, lo que os servirá para mostrar a vuestro hijo los colores, los tamaños y las formas en inglés. Así que, para empezar, imaginad que habéis salido de excursión o a dar un paseo y recogéis piñas. Indicad a vuestro hijo cómo hablamos de los distintos tamaños en inglés (small, medium, big/large: pequeño, mediano, grande) y animadle a encontrar varias piñas de cada tamaño; podéis empezar buscando “big pine cones” (piñas grandes), después “medium pine cones” (piñas medianas), etc., y finalmente podéis clasificar las que hayáis reunido en distintos montones.
Si lo que tenéis son piedras o guijarros (stones, pebbles), vuestro hijo puede organizarlos en función de su forma: round, square, triangle (redondos, cuadrados, triangulares) o simplemente “de forma rara” (odd shapes), poniendo cada tipo en una caja. Otra idea que gusta mucho a estas edades es que forméis una serie con conchas o piedrecitas y le pidáis a vuestro hijo que la continúe. Podéis hacer una serie de conchas que sean “small, small, big, small” (pequeña, pequeña, grande, pequeña), para que vuestro hijo la prolongue y luego os la diga en inglés. También es divertido formar letras con vuestra colección de piedrecitas y comprobar si vuestro hijo conoce el sonido y el nombre de esas letras en inglés. E incluso podéis terminar con un concurso para formar palabras cortas en inglés, como “dog, cat, sun, hat” (perro, gato, sol, sombrero), etc. ¡Dos en uno: gimnasia mental combinada con inglés!
Cread vuestra mesa de exploración de la naturaleza
Poner un mini jardín en la terraza o una mesa de la naturaleza puede resultar casi mágico para vuestro hijo, pues así, aunque viváis en una ciudad, podéis acercarle al medio natural y enseñarle muchas cosas sobre él. Si hacéis una colección de pequeños tesoros naturales podréis añadir un montón de palabras nuevas al vocabulario de vuestro hijo cuando habléis sobre ellos. Empezad describiendo las texturas: soft, hard, scratchy, smooth, bumpy (blando, duro, áspero, suave / liso, rugoso)… Después pasad a lo que es o al material del que está hecho cada objeto: wood, stone, shell, feather (madera, piedra, concha, pluma), etc.
Eso puede llevaros a hablar de otras cosas hechas del mismo material: “Find an object in the house made of wood”, o “Find a scratchy object!” (“Encuentra algo de nuestra casa que esté hecho de madera”, o “Encuentra algo que sea áspero”). Si fijáis un límite de tiempo será más entretenido, y si dejáis que vuestro hijo haga de “profe” y os ponga a vosotros a buscar “smooth objects” (cosas suaves o lisas) por el salón, las risas están garantizadas.
Inventad juegos nuevos
Esos mismos elementos naturales que hayáis encontrado en una excursión, en el parque o en vuestro jardín pueden serviros para personalizar juegos tradicionales, y será un recuerdo inolvidable. En vez de canicas o piedras, podéis usar las piñas que hayáis reunido y jugar a encestarlas. Para ello solo necesitáis un par de cubos de playa o de cajas de zapatos y algunas tarjetas de vocabulario. Imprimid tarjetas en función del tema que queráis ver y pegadlas en uno de los lados. Situaos a una cierta distancia, decid en alto la palabra del cubo o caja al que estéis apuntando y mostrad a vuestro hijo cómo lanzar la piña para intentar que caiga dentro. Es un juego súper sencillo que le encantará… ¡pero cuidado, que engancha!
Igualmente, esas preciosas piedrecitas que habéis recopilado pueden venir muy bien para jugar al “hopscotch” (rayuela). Dibujad la cuadrícula en el suelo y colocad además una tarjeta en cada casilla. Haced vosotros primero el recorrido para mostrar a vuestro hijo cómo tirar la piedra y cómo saltar por las casillas hasta recuperarla. Cuando la recojáis, decid en alto la palabra que aparece en la tarjeta de esa casilla. Después dejad que sea vuestro hijo quien lance la piedra hasta la casilla correcta, haga el recorrido y diga en alto la palabra correspondiente.
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No perdáis la oportunidad de transformar las pequeñas plantas, hojas y ramitas que hayáis ido reuniendo en un auténtico zoológico en miniatura, con esas figuritas de animales que quizá dormían olvidadas en algún rincón. ¿Qué tal si les quitamos el polvo y montamos nuestro parque de la naturaleza en la terraza? Para este juego será imprescindible que participéis activamente, avivando la imaginación de vuestro hijo e incluso echándole una mano para construir los recintos de cada especie (y, de paso, por supuesto, aprovechando para repasar los nombres de los animales en inglés); después ya podéis dejar volar vuestra fantasía.
Sacad también a los superhéroes o las muñecas que irán de safari o a ver el zoo. Podéis preguntar a vuestro hijo dónde se encuentra cada uno de los animales: por ejemplo, “Are the elephants next to the lions?” (“¿Están los elefantes al lado de los leones?”), “Where is the hippo?” (“¿Dónde está el hipopótamo?”), “Superman says ‘I want to see the monkeys!’” (“Supermán dice: ‘¡Quiero ir a ver a los monos!’”), etc. Aseguraos de jalonar el diálogo con palabras básicas en inglés y, sobre todo, de que lo importante sea divertirse y aprender, y así pasaréis un estupendo tiempo de calidad en familia.
Emplear elementos naturales para hacer manualidades es también una forma amena de repasar vocabulario y desarrollar el talento artístico de vuestro hijo. No es difícil fabricar bichitos pegando un par de piedrecillas a un trozo de cartulina y añadiéndoles unas antenas. También podéis animar a vuestro hijo a pintar con hojas y hablar de los colores.
En forma al aire libre
Una vez que habéis salido de casa, a lo mejor os apetece hacer algo de ejercicio, y ¿qué mejor manera que saltando a la comba mientras cantáis en inglés en familia? En función de la edad de vuestro hijo, incluso solo jugar a dar a la comba al ritmo de la música puede ser divertido, pero para que podáis saltar también vosotros, si vuestro hijo ya tiene unas capacidades motoras más desarrolladas o con sus hermanos mayores, podéis pedir a los abuelos que participen, y animar a que vuestro hijo cuente los saltos que logra dar cada uno, o cantar juntos alguna canción para saltar a la cuerda.
Una comida campestre
Con tanto movimiento quizá os entre hambre. ¡Es hora de preparar unas cuantas mud pies (empanadillas de barro) y grass and pebble soup (sopa de hierba y guijarros)! Experimentar con las texturas que encontramos en la naturaleza forma parte de nuestra naturaleza, así que dejad que vuestro hijo pruebe sus habilidades culinarias e invente toda clase de platos extraños y maravillosos. Todo lo que necesitáis es vuestra colección de elementos naturales y unos cuantos platos viejos o cubos de playa.
Vuestro hijo puede ir mezclando los ingredientes y contaros lo que va añadiendo. Animadle con preguntas como: “How many stones are in this soup?” (“¿Cuántas piedras lleva esta sopa?”), “Which leaves taste best?” (“¿Qué hojas dan mejor gusto?”). Por supuesto, para los más pequeños, será necesario insistir en que se trata de pretend cooking (cocina de mentirijilla).
Seguro que lo pasaréis en grande, tanto el pequeño chef como sus padres cuando le oigáis recitar su receta en inglés: “5 stone potatoes, 4 green leaves and some mud for extra flavour!” (“¡5 patatas de piedra, 4 hojas verdes y un poco de barro para darle más sabor!”). Y estoy convencida de que no se ofenderá cuando finjáis probar el mejunje y hagáis una mueca gritando: “Oh my goodness! This soup is DISGUSTING!” (“¡Oh, Dios mío! ¡Esta sopa está ASQUEROSA!”).