El pasado fin de semana el British Council School, desde su Wellbeing Hub y en el contexto del Día Universal del Niño, puso en marcha un proyecto enfocado a la infancia con el objetivo de reivindicar el derecho esencial de los niños a jugar y la responsabilidad que padres y educadores tienen de dejarles, motivarles y lo que es más importante, de jugar con ellos. En este sentido, el Gamethon es un proyecto pensado para reflexionar sobre la importancia del juego en la educación de los más pequeños, aprender a jugar juntos, recuperar juegos perdidos y para que los padres y los abuelos recuperen al niño que llevan dentro.
Mercedes Hernández Estrada, Directora del British Council School en Madrid, comentaba que “la protección de la infancia ha sido siempre una de nuestras principales líneas estratégicas de trabajo a nivel mundial, siendo el British Council School uno de los pocos centros educativos que cuenta con un departamento propio de protección a la infancia. Consideramos que el cuidado y el bienestar de los niños es primordial, y el derecho al juego es uno de los pilares principales de ese desarrollo”.
Entre el viernes y el sábado asistieron cerca de 200 familias al evento, incluyendo a abuelos, padres e hijos. Además el Gamethon contó con la colaboración de Nintendo, y con expertos en educación e infancia tanto a nivel nacional como internacional, que reflexionaron sobre la importancia que tiene el juego y el derecho al mismo que tienen los más pequeños.
Adrian Voce, Presidente del European Network for Child Friendly Cities, comentaba que a través del juego se conecta con los niños de una manera diferente y, además, “es la herramienta principal con la que aprenden a tomar decisiones, a tomar riesgos y a saber controlar distintas situaciones. Les enseña a ser creativos, a aprender, a regular sus emociones y a controlar su nivel de estrés, entre muchos otros puntos”.
Continuaba recalcando la importancia que tienen los Gobiernos de los países en asegurar que esto sea una realidad para los niños. “Tenemos que escapar de la idea de que los niños tienen que jugar en recintos vallados. Es necesario que los Gobiernos se involucren en desarrollar planes que cumplan con el derecho de los niños a jugar, permitiendo zonas no planificadas de acción libre, liberadas del dominio del tráfico y haciendo diseños seguros para los niños. Hemos de darles a los niños permiso, oportunidades y espacio”.
En esta misma línea, Andrés Paya, experto en educación y juego, miembro fundador del Observatorio del Juego Infantil, afirmaba que “si no jugáramos, no existiríamos. Somos seres que pensamos, que hacemos cosas, pero también jugamos. No seríamos humanos si no jugáramos. No es importante sólo para la infancia, sino también para todas las fases del desarrollo. El niño se expresa en el dibujo, pero también mediante el juego, es su lenguaje y puede ser una herramienta excelente para comunicación y diagnóstico, a veces mejor que las mismas preguntas”.
Recalcaba el juego como un espacio que “rompe barreras, en primer lugar, de edad. También de condición socioeconómica. No entiende de sexo ni género. No entiende de etnia o de lengua. De religión ni cultura. Es un espacio de convivencia en el que existe una diversidad intergeneracional”.
Para reforzar todas estas acciones, el British Council School ha realizado una pequeña guía acerca de la importancia del juego en las diferentes etapas del crecimiento de los niños. En ella, se recalca que el juego es una actividad que se da desde los primeros momentos de vida del niño y que está presente en todo su desarrollo de diferentes formas. Así, los videojuegos y juegos electrónicos cumplen también una función importante en el desarrollo del niño. Es una actividad lúdica que va a demandar un grado de concentración mayor. Los videojuegos son una forma de ocio que los niños ya tienen bien asimilada, y dentro de este ocio digital también existen opciones orientadas para toda la familia, uniendo a quienes han nacido con un videojuego bajo el brazo y a aquellos que nunca se han acercado a una consola.
Así, hay videojuegos que, como el que estuvo presente en el Gamethon, el Super Mario Party, ponen a prueba la habilidad, la memoria, los reflejos, la percepción o incluso el ritmo de todos los que se reúnan alrededor y actúan como un pegamento familiar, ya que tanto si nunca has jugado a un videojuego como si eres un experto, siempre hay posibilidades de ganar gracias a las conversaciones que se generan entre todos los miembros de la familia. Lo que si está garantizado es la diversión inmediata y las sonrisas de toda la familia.