El British Council School ha reunido a expertos nacionales e internacionales con motivo de su VII Jornada de Educación Británica, celebrada el pasado sábado. Durante el encuentro se ha reflexionado sobre las claves de este sistema, sus semejanzas con otros y se han identificado aquellos aspectos que favorecerían el desarrollo de modelos educativos de calidad.
Mercedes Hernández, directora del British Council School y experta en diseño curricular, formación y liderazgo, destacó la importancia de que en sistemas como el británico se incite a los estudiantes a desarrollar su pensamiento crítico “para que sean más independientes, piensen por sí mismos y evalúen la información ofrecida por el profesor”.
En este sentido, el papel motivador del docente y su conocimiento pedagógico para adaptar la enseñanza a las necesidades de cada alumno es otra de las claves del modelo británico. “Resulta fundamental establecer un contacto muy claro con cada estudiante, entender cómo aprenden y motivarles a seguir ese aprendizaje, en el colegio y a lo largo de su vida”, afirma Hernández.
La cooperación profesor-estudiantes y la colaboración entre estos últimos fue uno de los aspectos abordados por David Calle, finalista español del Global Teacher Prize 2017, que señaló la importancia de que "cada alumno pueda aportar en clase ese valor diferencial que le hace único y que favorezca el aprendizaje colectivo”.
Crear un clima de confianza en el aula propicia, según este profesor, que los alumnos pierdan el miedo al fracaso: “es importante que no teman confundirse o salirse del camino establecido, ya que tratar de hacer cosas distintas es el mejor modo de evolucionar y aprender a ser mejores”.
Otro de los factores del sistema británico que se abordó en la jornada fue la importancia de la creación de espacios de aprendizaje memorables y estimulantes. Andrew Smyth, ingeniero aeronáutico y divulgador científico, habló de fusión educativa durante su espectáculo de showcooking y se aventuró a imaginar el aula del futuro. “Pienso que habrá clases con un marcado componente digital, en las que se empleen tecnologías como la inteligencia digital, pero también creo que van a crecer las sesiones virtuales para dar cabida a un mayor número de estudiantes y superar las limitaciones geográficas”.
La importancia de favorecer modelos que pongan el acento en valores como el respeto, la diversidad y el trabajo en equipo, y que contribuyan al desarrollo personal, social, emocional y moral de los estudiantes fue otro de los factores que los expertos señalaron propios de una educación de calidad.
Una educación sobresaliente
A raíz de estas jornadas, cabe destacar que el British Council School se ha sometido recientemente a una inspección por parte de Colegios Británicos en el Extranjero (British Schools Overseas, en sus siglas inglesas), dependiente del Ministerio de Educación de Reino Unido, en la que se ha convalidado como uno de los mejores colegios británicos en España, al recibir la máxima calificación en todas las áreas analizadas por la inspección.
El objetivo de esta inspección, a la que los centros se someten de forma voluntaria, es ofrecer información a los padres, profesores, directivos y propietarios sobre la efectividad global del colegio y los estándares de la educación.
Para ello, se evalúan ocho criterios: la calidad de la educación que ofrece el colegio; el desarrollo espiritual, moral, social y cultural de los estudiantes; el bienestar, la salud y la seguridad de los alumnos; la idoneidad del propietario y la plantilla; los edificios y espacios; la información ofrecida a padres, cuidadores y otros; los procedimientos del centro para atender las quejas; y el liderazgo y administración del colegio.
En todas las áreas el British Council School de Madrid ha recibido la máxima nota, un sobresaliente, reconociendo las mejoras realizadas por el colegio en las áreas recomendadas en la inspección de 2015. El BSO lo define como una “escuela sobresaliente que cubre excepcionalmente bien todas las necesidades de sus alumnos”.