Lola Barrera en uno de los talleres que el colectivo madrileño imparte para artistas con diversidad funcional ©

Debajo del Sombrero

Corría el mes de marzo cuando nos sumergíamos en el proyecto Some Things from Somewhere de la mano de Naves Matadero, el coreógrafo galés Cai Tomos y la asociación Debajo del Sombrero.

Con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, hablamos con Lola Barrera, una de las responsables de este colectivo madrieño, que trabaja en favor de la expresión a través del arte de las personas con diversidad funcional.

1. ¿Cuál está siendo la respuesta de los artistas tras varios meses de inmersión en el proyecto Some Things from Somewhere?

-Muy buena: los seis artistas están siempre expectantes y desean que llegue la semana en que trabajan con Cai porque ha abierto un espacio de expresión nuevo para cada uno de ellos. 

Este proyecto nos ha permitido que las cosas que ya estaban sobre el papel en el taller vayan cogiendo forma en otro espacio y se pongan en acción a través de la expresión corporal. Esto es muy importante porque nos ayuda a hacer realidad y plasmar los argumentos con los que trabajan normalmente los artistas.

2. ¿Qué nuevas vías de trabajo y aprendizaje está suponiendo para los compañeros involucrados en él?

-Nuestra evolución está en la misma línea que la de los artistas. El cuerpo es una parte bastante olvidada en nuestro taller porque no contamos con la formación que tiene Cai. 

Some Things from Somewhere nos está permitiendo enfocar la atención en el lenguaje corporal de los artistas, algo que es nuevo para nosotros, que nos encanta y que vamos a ir integrando en nuestro trabajo de ahora en adelante. 

3. Vuestros primeros proyectos allá por 2007 se centraban en el desarrollo de las habilidades comunicativas de los artistas. ¿Por qué iniciasteis esa línea de trabajo y qué queda de ella?

-La idea que ha guiado nuestra actividad desde el principio es que los participantes exploren su propio tiempo, camino y lenguaje. Por eso no quisimos empezar como un taller ‘al uso’, en el que ya se les propone una serie de materiales y áreas en las que trabajar.

Nuestro objetivo era y es estar muy atentos a lo que va surgiendo, a aquello que se manifiesta más claramente y a lo que requiere seguir determinadas pistas. Esto está pasando también con Some Things from Somewhere. Cai trabaja desde el mismo sitio que nosotros porque no hay un producto previsto, un lugar determinado al que se tenga que llegar. Además, en este caso se abre un nuevo punto de expresión y observación: el del cuerpo y la interacción de los artistas con él.

4. ¿Qué puede ofrecer el arte y talleres como los vuestros a personas con diversidad  funcional?

-Lo que les ofrecemos es tiempo y un espacio donde encontrarse, donde pueden descubrir las cosas que realmente les interesan y los argumentos a través de los que quieren hablar y que les permitirán encontrar un camino de expresión. Para ello trabajamos en tres espacios (la Nave de Intermediae de Naves Matadero, La Casa Encendida y la Facultad de Bellas Artes de la Complutense), que cuentan en sí mismos con una serie de recursos diferentes.

El coreógrafo Cai Tomos en una de las sesiones de trabajo del proyecto Some Things from Somewhere ©

Cai Tomos 

5. ¿Estáis abiertos a la participación de personas con diversidad funcional que nos estén leyendo y que estén interesados en desarrollar su lado creativo? ¿Cuáles son los requisitos y qué deben hacer?

-Sí: de los tres espacios que hemos comentado, el taller de La Casa Encendida sería la puerta de entrada. Abrimos una convocatoria todos los años con siete u ocho plazas nuevas a las que se pueden inscribir los futuros participantes mandando fotos y una carta de interés. Los únicos requisitos para optar a ellas es ser mayor de 18 años, tener discapacidad intelectual e interés por el arte.

6. Y para los amantes del arte que quieran acercarse a vuestro trabajo: ¿tenéis alguna exposición prevista o ya en marcha?

-El 23 de enero inauguramos la exposición Debajo del Sombrero 10 años, en la Galería Aina Nowack. Más tarde, a finales de marzo, proyectaremos en Naves Matadero las imágenes de los procesos creativos que se han ido desarrollando en Some Things from Somewhere. También exhibiremos el resultado final de los trabajos individuales.

7. ¿Cuál sería ese gran objetivo que os queda por cumplir?

-Con la trayectoria que está adquiriendo Debajo del Sombrero, una de las aspiraciones que se va dibujando en el horizonte es poder contar algún día con un espacio propio. Hasta ahora, trabajar en estas tres importantes instituciones nos ha dado un escaparate excepcional porque nos ha permitido estar muy en contacto con otros artistas y con asuntos de actualidad en el mundo del arte, pero creemos que se acerca el día de contar con esa independencia física.

8. Si este fuera tu minuto de oro en televisión y pudieras hacer un llamamiento a empresas interesadas en desarrollar su RSC con asociaciones como la vuestra, ¿qué argumentos emplearías para que elijan Debajo del Sombrero?

-Básicamente creemos que ha llegado el momento de que proyectos como el nuestro empiecen a desarrollarse y a crecer por España. En otros países como Inglaterra, Dinamarca, Holanda o Bélgica hay estudios de arte que tienen galerías y una mayor visibilidad.

Creemos que cualquier persona con visión de futuro estaría interesada en apostar por proyectos que permiten que las personas con discapacidad empiecen a formar parte de la historia, a tomar la palabra y a plasmar sus visiones de la realidad a través del arte. En este sentido, pensamos que colectivos como el nuestro están a la vanguardia porque permiten abrir un campo nuevo de expresión artística.