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Cai Tomos

Notas introductorias

La cuenta atrás para la inauguración de la muestra Some Things from Somewhere ha comenzado. Durante las próximas sesiones de trabajo Cai y los artistas de Debajo del Sombrero ultimarán los detalles del trabajo desarrollado a lo largo de los últimos meses. 

En esta nueva visita Cai compartió con nosotros sus impresiones sobre cómo Itziar está experimentando con nuevos movimientos y con su propio cuerpo para poder expresarse a través de este nuevo lenguaje.

Reflexiones sobre la sesión (por Cai Tomos)

ITZIAR

Lo primero

La constancia de no hacer nada en particular

Primero nada, después algo

El espacio precede a la materia

El vivir cada segundo

A medida que aparece el baile 

Que se deja caer en sus gestos 

Conocido y desconocido

El significado surge del mero hecho de que sus pies

Tan pequeños como son

Aterrizan en el mundo 

Que gira debajo de ellos

Sigue girando

Y de vuelta 

Ella gira

Y gira.
...

El baile y el movimiento muestran la esencia de una persona que las palabras nunca atrapan. El movimiento pone de manifiesto lo que es invisible. Como una piel que desaparece como por arte de magia y deja al descubierto lo que estaba oculto. Quizá la esencia de una persona aparece, e incluso durante un momento la historia del cuerpo se abre paso.

Itziar y yo nos apiñamos sobre mi teléfono viendo a Beyoncé, interpretando sus movimientos y el espíritu de su baile. Estamos a punto de entrar de nuevo en el teatro para ver ese solo que se ha ido desarrollando a través de los diálogos mantenidos en los últimos meses. Algo ha comenzado a tomar forma, y lo llamamos 'La Historia del Pelo'. 

Al principio del proceso Itziar bailaba una danza imaginaria en la que su cabello era tan largo que se arrastraba por el espacio. En los siguientes meses trabajamos con Lili Hartman, que preparó un pelo postizo para continuar con esta narrativa. Hoy está integrado en el trabajo.

Despacio nos adenatramos en el espacio de teatro de Matadero, de vastas dimensiones. Siempre me fascinaron los espacios teatrales vacíos, espacios poderosos, con gran potencial y capacidad de transformación. Cuando están sin gente revelan aún más cosas. Cuando este vacío espacial se llena de cuerpos empieza a aflorar un deseo interior de ofrecer algo a cambio, no de llenarlo, sino de dialogar con esa energía que flota en el aire.

Itziar escoge imágenes de una gran selección con la que viajo. Siempre comenzamos con este ritual, como si fuera un tarot de fotos. Todas las que empleamos las he ido recopilando a lo largo de los años porque apoyan un diálogo en el que sobran las palabras y la conversación se articula de forma visual. 

Cada mes me invade la curiosidad por saber qué va a elegir, y qué patrones de movimiento emergerán de esa elección.

Hoy, como cualquier otro día, escoge varias imágenes de cuerpos femeninos.

Despacio, a su ritmo, se adentra en el espacio y comienza a moverse. Cada gesto y movimiento encuentra su camino a través de ella sin vacilación o reconsideración. Sus improvisaciones integran gestos que hacen patente el goce de su cuerpo al ser observado. El baile la hace más visible. Interpreta mientras actúa; interpreta un aspecto de la femineidad: el baile es una mezcla de la propia idiosincrasia de su movimiento y de trazos de la cultura popular, pero guarda dentro de él un profundo misterio y originalidad.

Tardé mucho tiempo en darme cuenta que mi trabajo aquí no era dirigir nada, ni aconsejar, ni imponer ciertos criterios estéticos. Mi papel aquí es intentar ofrecer un espacio de apoyo en el que la libertad fuera posible, un espacio en el que la expresión de su felicidad por moverse tuviera absoluta prioridad. El puro disfrute de su cuerpo y del movimiento.

En este viaje con Itziar hay algo sobre el poder de lo femenino que ha ido creciendo junto con su trabajo de forma consistente, floreciendo lentamente con una profunda fuerza bajo la superficie de todo. Hay un reclamo de visibilidad: ¿quizá esa que la sociedad le ha privado?

Mientras presencio cómo baila emerge un sentimiento festivo y contenido en el poder de Eros, su poder, su femineidad. Es indudablemente complejo y a la vez refleja una rigurosa búsqueda de sí misma a través del baile.