Muchas personas que estudian inglés y tienen como lengua propia el español mencionan los errores de pronunciación como su principal obstáculo, incluso en niveles avanzados como el C2 Proficiency. Si ya sabes cuáles son tus caballos de batalla, puedes ir directamente a nuestra entrada con consejos sobre cómo mejorar tu pronunciación en inglés, o a la que dedicamos a actividades para mejorar la pronunciación de los niños, que también contiene ideas interesantes para los adultos.
Pero por si a veces tienes dudas de por qué no te han entendido o por qué no entiendes tú a alguna otra persona, hoy vamos a presentarte las cinco áreas que presentan mayor dificultad.
Antes de ello, sin embargo, me gustaría asegurarme de que estamos de acuerdo respecto a una idea equivocada bastante habitual. Cuando estaba buscando información para escribir esta entrada, me encontré con bastantes sitios web que hablaban de cómo conseguir una pronunciación “perfecta, como la de los nativos”. Y quisiera dejar claro que eso no existe, por dos razones.
En primer lugar, ¿a qué pronunciación “nativa” se refieren? ¿A la de alguien que ha nacido y crecido en Nueva York? ¿A la de quien habla con acento Cockney? ¿A la de una tejana de pura cepa? Claramente, hay un abanico de acentos muy amplio entre quienes tenemos el inglés como primera lengua.
En segundo lugar, aunque todos los angloparlantes nativos habláramos exactamente de la misma manera, no somos los dueños del idioma. La mayoría de la gente que en estos momentos está aprendiendo inglés no lo hace únicamente con el fin de interactuar con los nativos, sino para utilizarlo como lengua franca con la que comunicarse con otros hablantes de todo el mundo.
En resumen, se trata de un asunto espinoso y hay pocas respuestas “correctas”, de manera que tu objetivo principal debería ser entender y que te entienda el mayor número de personas, vengan de donde vengan. De todas formas, conviene ser muy consciente de cuáles son los aspectos complicados de la pronunciación del inglés para los hispanoparlantes, ya que puede ayudarte a detectar las causas de los problemas que podrías encontrar a la hora de entender lo que oyes o de hacerte comprender cuando hablas.
Veamos los cinco factores más frecuentes que dan lugar a errores y malentendidos para los estudiantes de inglés cuya lengua materna es el español.
1. Las vocales
Aunque para algunas personas sea algo muy evidente, hay que recordar que el inglés posee más sonidos vocálicos que vocales. Esto genera dos problemas a los hispanohablantes.
El primero es que hay que dividir tu percepción de los distintos sonidos vocálicos en más de 5 categorías. El número exacto depende de a quién preguntes, pero por lo general se considera que son 12 en inglés británico (además de los sonidos que combinan varias vocales) y 14 en inglés americano.
El segundo es que, debido a la naturaleza caótica de la ortografía inglesa, no hay manera de saber con certeza cómo se pronuncia una palabra con solo leerla.
Identificar cada uno de los distintos sonidos y saber cuáles aparecen en cada palabra es un proceso complejo que lleva su tiempo. Por ello, lo mejor es abordarlo combinando diversos aspectos prácticos en la vida real: hablar en inglés, tratar de evitar los malentendidos y prestar una atención más específica y consciente.
¿Atención consciente a qué? Un buen comienzo es tomar nota de las palabras que te plantean dificultades y consultar cuál es su representación fonética, es decir, los símbolos que se utilizan para mostrar cómo se dice normalmente una palabra y que se incluyen en cualquier buen diccionario. Esto te será muy útil para identificar los sonidos que te cuesta diferenciar, de modo que puedas escucharlos más atentamente cuando hables con alguna persona (a la que también puedes pedir que te ayude). En el apartado 3 del artículo que mencionábamos más arriba sobre cómo mejorar tu pronunciación encontrarás más información sobre el alfabeto fonético, con el que podrás evitar errores tan corrientes como confundir ship (‘barco’) y sheep (‘oveja’) o bit (‘pedazo’) y beat (‘latido, golpear’).
En YouTube encontrarás asimismo numerosos vídeos donde podrás escuchar las diferencias en la pronunciación. Entre los mejores que he encontrado, destinados a niños, los hay, por ejemplo, para enseñar a distinguir entre los sonidos “cortos” y “largos” de las vocales.
Practicar una escucha activa también te será de gran ayuda, tal y como te recomendamos en otra entrada de nuestro blog sobre cómo aprender inglés escuchando.
2. Las consonantes y los grupos consonánticos
Algunas consonantes inglesas les resultan igualmente enrevesadas a los estudiantes de origen hispánico cuando, por ejemplo, tienen que diferenciar entre la b y la v, como en very (‘muy’) y berry (‘baya’), o entre los grupos ch /tʃ/ y sh /ʃ/, como en chair (‘silla’) o share (‘parte, porción’).
Esto puede mejorarse siguiendo los consejos que mencionábamos más arriba, aunque para la mayoría de los alumnos lo más peliagudo de las consonantes no es diferenciar entre una y otra sino articular los grupos de múltiples consonantes que existen en inglés.
Cada idioma posee su propia fonología, ese conjunto de “reglas” que determinan cómo se pueden combinar los sonidos. No son normas que alguien escribió y se imponen a la lengua, sino que forman parte integral de esta, y han ido desarrollándose de forma orgánica a medida que esta evolucionaba. Así, con el paso del tiempo el inglés ha permitido que se acepten palabras como:
split (‘partir, dividir; hendidura’)
crisp (‘crujiente; patata frita’)
sixth (‘sexto’)
En español también se admiten algunos grupos consonánticos (como en “Francia” o en “tres”), aunque no tantos, lo que influye en que algunas palabras en inglés resulten más difíciles de pronunciar.
De nuevo, la única solución es practicar y poner atención, lo que también te ayudará a percibir el connected speech del que vamos a tratar a continuación.
3. El connected speech
En inglés hablado, los sonidos no siempre se pronuncian en la misma sílaba en que se escriben, ya que las consonantes finales pasan a veces a la sílaba siguiente para facilitar la pronunciación. Por ejemplo, la siguiente oración:
“She came sixth in the race” (“Terminó sexta en la carrera”)
se dice más bien:
“She came six thin the race” /siks θin/
Si te familiarizas con estos patrones naturales del lenguaje despejarás muchas de las incógnitas que pueden plantearte los grupos consonánticos tanto al hablar en inglés como al escuchar y entender a otras personas, especialmente a quienes dominan la lengua.
Esta manera de unir de forma natural unas palabras con otras al hablar con fluidez, que es lo que denominamos connected speech, se caracteriza también por omitir completamente determinados sonidos en algunas frases. Por ejemplo, en:
“at first light” (“al rayar el día”)
la t de “first” desaparece, ya que se dice:
“at fir slight”
Si quieres profundizar, hay otras páginas donde puedes consultar más rasgos del connected speech.
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