Por Cath McLellan

25 marzo 2022 - 15:47

Mujer de negocios

El mundo laboral está cambiando, y las empresas buscan candidatos capaces de amoldarse a estos cambios constantes. Según el reciente informe Future of Jobs (El futuro de los empleos) del Foro Económico Mundial, vamos a seguir adoptando nuevas tecnologías al mismo ritmo vertiginoso, lo que implica que algunas profesiones tradicionales desaparecerán y serán reemplazadas por otras (muchas de las cuales, probablemente, no alcanzamos ni a imaginar todavía). Una cosa es clara, sin embargo: con todas estas transformaciones, hacen falta capacidades distintas. Por supuesto, seguirán demandándose los estudios tradicionales y las habilidades técnicas o hard skills como la informática, las matemáticas u otras disciplinas científicas, así como los idiomas, pero hoy en día, y cada vez más, se buscan empleados que también cuenten con las “habilidades emocionales o interpersonales” (soft skills) necesarias para llevar a cabo el trabajo. En esta entrada de nuestro blog analizaremos en qué consisten las soft skills y por qué deberías potenciarlas.

¿Qué son las soft skills?

Las habilidades emocionales o interpersonales son aptitudes que tradicionalmente no se enseñaban en colegios y universidades. No puedes aprobar un examen de este tipo de destrezas, pero puedes desarrollarlas con la práctica y si tienes quien te oriente. Tampoco hay una única definición de qué son, pero por lo general tienen que ver con el modo en que las personas se relacionan unas con otras y cómo gestionan su propio comportamiento y sus actitudes. Debido a esta naturaleza un tanto ambigua, muchas de las llamadas “habilidades blandas” se solapan entre sí. Pero ¿cuáles son las que más necesitamos desarrollar?

Comunicación

La comunicación resulta fundamental en casi cualquier empleo actual. Aunque te pases el día dentro de un laboratorio o delante del ordenador, es probable que tengas que interactuar con tus colegas o al menos con quien te ha contratado, y debas transmitirle información importante sobre tu trabajo. 

Como es natural, una habilidad comunicativa muy evidente es saber varios idiomas. A medida que las empresas se internacionalizan cada vez más, existe una demanda mayor, por supuesto, de empleados bilingües o plurilingües que de aquellos que solo conocen su lengua materna. Así que, si dominas el español y el inglés, ya te encuentras en una posición privilegiada, dado que son dos de las lenguas más utilizadas en todo el mundo. Pero aprender idiomas es una habilidad técnica o hard skill, que se adquiere a través de la formación y la experiencia, y cuyo progreso se puede medir mediante exámenes oficiales. Lo que quizá no es tan fácil de desarrollar es la capacidad de comunicación intercultural. Puede que hables con fluidez el inglés o el alemán, pero ¿conoces las normas culturales que existen en sus respectivos países, los giros idiomáticos, los gestos que se consideran de uso corriente y son socialmente aceptables? Ver películas o series, leer la prensa o escuchar pódcast son actividades estupendas para perfeccionar tus habilidades interculturales, ya que con ellas te familiarizarás con algunas de las costumbres de ese país.

Independientemente de los idiomas con los que cuentes en tu haber, una parte esencial de la comunicación es poder hablarlos y escribirlos de forma clara y concisa. Es fundamental no olvidar a quién te estás dirigiendo y ser capaz de adaptarte en consecuencia, especialmente ahora que muchos trabajamos en equipos internacionales o interculturales, y a menudo por internet. La claridad y el saber llegar realmente a tu interlocutor no tienen solo que ver con conocer las normas gramaticales.

Otra destreza clave para la comunicación es la escucha activa, que no consiste meramente en esperar a que la otra persona deje de hablar antes de continuar con nuestras ideas, sino en prestarle una genuina atención y ser capaz de hacerle las preguntas adecuadas para descubrir sin ningún género de duda lo que necesita o desea, incluso en el caso de que su forma de expresarlo sea ambigua o poco comprensible.

Del mismo modo, la comunicación por escrito es extremadamente importante. ¿Te ha ocurrido alguna vez que, después de emplear tiempo en redactar un email perfecto, tratando de darle el tono más adecuado, recibes una respuesta cortante en dos palabras que deja sin responder todas tus preguntas? A la larga, esto puede tener un efecto muy destructivo en las relaciones laborales. Es fundamental aprender a detectar los sentimientos de los demás partiendo de su forma de hablar o de escribir y, de nuevo, se trata de una habilidad que puede alcanzarse con la práctica. Una buena idea sería la de matricularte en un curso online para practicar la comunicación con personas de otras culturas, ¡y como no necesariamente vas a verlas cara a cara, te servirá para practicar el tono que conviene darle a cada mensaje de correo electrónico!

Hombre de negocios

Flexibilidad

Si has estado buscando trabajo recientemente, habrás notado que muchas de las descripciones de los puestos son extremadamente largas. Ello se debe a que las empresas buscan personas flexibles, capaces de realizar tareas muy diferentes y de ofrecer habilidades distintas. Podría ser que solicitaran a alguien creativo y artístico, que a su vez sepa adaptarse a las nuevas tecnologías y se le dé bien organizar la información.

La flexibilidad alude igualmente a la disposición para crecer en tu puesto de trabajo, ya sea aprendiendo habilidades diferentes y adaptándose a nuevas herramientas digitales, o bien asumiendo nuevas tareas y colaborando con otros departamentos. Normalmente, los empresarios no desean empleados cuya actitud sea la de “ese no es mi trabajo”. Una vez más, trata de adquirir alguna destreza adicional en tu tiempo libre, que puede ser algo tan sencillo como aprender a usar una nueva aplicación.

¿Estás disfrutando de este post? Para recibir una selección de nuestros mejores contenidos en tu email cada mes, suscríbete a nuestros boletines.

Suscríbete aquí

Pensamiento crítico / pensamiento creativo

En los últimos años, el pensamiento crítico está muy de moda en educación, pero también constituye una habilidad clave en el mundo laboral. En el ámbito educativo consiste en hacer preguntas relevantes, tanto sobre nosotros mismos como sobre otros, y tratar de abordar los distintos asuntos y los problemas desde nuevas perspectivas.

En el ámbito laboral en general, puede conllevar no hacer las cosas solo porque “siempre se han hecho así”, sino perseguir activamente maneras más eficientes o directas de llevar a cabo las tareas.

Los pensadores críticos cuestionan sus propias creencias y prácticas y, lo que es más determinante, están dispuestos a aprender de otros y a tener en cuenta los comentarios que reciben. Una manera de agudizar esta capacidad es cuestionar tus prejuicios básicos (que todos tenemos) y lo que das por sentado. Piensa en aquellos con quienes pasas tu tiempo: ¿cuánto se parecen a ti? ¿Compartís la misma forma de pensar? ¿Qué pasaría si realizaras actividades con otro tipo de gente? ¿En qué medida podrían variar tus opiniones y actitudes? Hacer algo con un grupo nuevo de personas puede forzarnos a salir de nuestra zona de confort y a interactuar con los demás. Por ejemplo, podrías probar a emprender alguna labor de voluntariado: te sorprendería lo mucho que puede ayudarte a ver las cosas desde otros ángulos.

Respecto a los niños, si favorecemos el uso del “¿Qué?”, “¿Dónde?”, “¿Cuándo?”, “¿Cómo?”,“¿Por qué?”, en vez de preguntas directas cuya respuesta sea solo “Sí” o “No”, podemos animarles a que piensen de forma más crítica y empiecen a cuestionar el mundo que los rodea.

Trabajo en equipo

A todo el mundo le encanta poner en su currículum que trabaja bien en equipo, pero ¿qué es lo que quiere decir eso realmente? Trabajar con otros compañeros quiere decir implicarse de verdad con ellos, ayudándoles cuando sea necesario y asegurándose de respetar y reflejar las diversas opiniones. Ante un problema, hay empresas que llegan al punto de pedir a los empleados que escriban cuál es su parecer antes de una reunión con el fin de evitar el pensamiento grupal o “groupthink” (en el que todos cambian de opinión para coincidir con el participante que posea la personalidad más dominante) y garantizar que cada uno tenga la oportunidad de manifestar lo que piensa en realidad.

Resiliencia

Hoy en día son muchos los que afirman que “el día no tiene suficientes horas”. Es muy común sentirse sobrepasado por el trabajo o las ocupaciones familiares. La resiliencia consiste en saber gestionar de un modo saludable la presión a la que estamos sometidos en nuestra vida, siendo capaces de acoger las críticas, conservar el sentido del humor y dedicar un tiempo a cuidar de nosotros mismos.

Una técnica que ha resultado útil para incrementar la resiliencia es el llamado mindfulness. Reservar algo de tiempo diariamente para centrarnos en respirar profundamente y en tomar conciencia del momento en que nos encontramos puede parecer lo último que necesitas si te agobian las responsabilidades y el trabajo, pero, de hecho, dar un paso atrás puede ayudarte no pocas veces a detectar lo que necesitáis tanto tú como los demás, con lo que te encontrarás con una mayor capacidad para empatizar con los otros y podrás hacer frente a tus problemas en mejores condiciones. ¿Quieres conocer algo más sobre los beneficios de la conciencia plena o mindfulness y descubrir por qué se le dedica un día internacional?

Sigue aprendiendo

La falta de títulos oficiales en soft skills no significa que estas competencias no sean tan demandadas como las habilidades de carácter técnico o hard skills a las que tanto tiempo dedicamos en el colegio y la universidad. Por tanto, ya que con el tiempo irán adquiriendo una importancia cada vez mayor a medida que el mundo se vuelva más internacional, ¡empieza a cultivarlas desde ya!

También te puede interesar...