Por Sheona Smith

27 enero 2022 - 15:44

Alumno de primaria aprende inglés con un libro

Muchas personas interesadas en mejorar su nivel se preguntan cuál es la mejor edad para aprender inglés. Pero lo que debemos tener en cuenta, ante todo, es que aprender este o cualquier otro idioma es en realidad una tarea para toda la vida, pues nunca dejamos de aprender y añadir nuevas palabras y expresiones a las que ya conocemos. Así que, para que el reto sea más asumible, lo mejor es determinar cuál es la edad a la que conviene empezar con el fin de llegar a dominar las cuatro destrezas lingüísticas: comprensión lectora y auditiva y expresión oral y escrita.

De bebés a los primeros cursos de primaria

Desde muy pequeños, los niños son capaces de aprender dos o más idiomas. Algunos expertos creen que el aprendizaje de idiomas es innato y comienza ya en nuestra vida uterina (Blakemore y Frith, 2005), afirmando que los bebés son capaces de detectar una amplia gama de sonidos distintos y van perdiendo esta habilidad a partir de, aproximadamente, los diez meses desde el nacimiento. Esta fase se conoce con el nombre de “periodo sensible”, e implicaría que la exposición a un idioma a una edad tan precoz resulta sumamente favorable para aprender a distinguir los sonidos de ese idioma (por ejemplo, naturalmente, el inglés).

Al estar en contacto con los sonidos, los ritmos y los patrones del inglés a través de música y canciones infantiles, libros ilustrados, cuentos, rimas, etc., así como mediante la interacción con miembros de la familia y amigos, se genera un ambiente propicio para que los niños lleguen a hablarlo con soltura alrededor del momento en que empiezan la enseñanza primaria.

En ese primer aprendizaje desde su más tierna infancia, los niños utilizan estrategias innatas para llegar a dominar la gramática de su lengua materna y de las demás lenguas con las que tengan contacto a esa edad. Empiezan a relacionar ideas utilizando sus conocimientos gramaticales y así pueden crear relatos más largos que después les ayudarán a pasar a la expresión escrita de esa lengua. Durante ese tiempo, a medida que ensanchan su círculo de amistades y empiezan a socializar en el colegio, su desarrollo en las destrezas escritas pasa de la letra a la palabra, y de ahí a frases cada vez más largas. Sus habilidades orales, en general, se encuentran más desarrolladas que su capacidad para escribir.

Los niños de los primeros cursos de primaria no suelen sentir vergüenza cuando se expresan en otra lengua. La mayoría no se sienten intimidados por la posibilidad de cometer errores; simplemente, por lo general, disfrutan aprendiendo cosas nuevas que para ellos son importantes. Esa es la principal ventaja de aprender inglés a una edad temprana, ya que al no tener miedo de quedar mal se lanzan con lo que ya saben sin preocuparse por la gramática o por si están empleando o no la palabra correcta. Gracias a su juventud son asimismo capaces de reproducir con mayor facilidad los sonidos de cada idioma, por lo que enseguida van cogiendo el tranquillo de la pronunciación del inglés que escuchan en rimas y canciones.

Un aprendizaje temprano de la lengua ayudará a los adolescentes con la comprensión auditiva, así como con la pronunciación de los sonidos del inglés, y naturalmente, si a lo largo de su vida van enriqueciendo su vocabulario e incrementando sus conocimientos de gramática (a través de libros, juegos ―también al aire libre―, teatro y otras actividades), redundará en beneficio de su capacidad para entender y expresarse en ese idioma.

Pros:

  • La rapidez con la que aprenden los niños. 
  • Su capacidad innata para aprender y reproducir sonidos.

Contras:

  • Los niños necesitan estar en estrecho contacto con el inglés el mayor tiempo posible.

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Alumno de secundaria aprende inglés con una profesora

Finales de primaria y secundaria

Los niños que no han tenido ese contacto inicial con el inglés aún pueden ponerse al día con bastante rapidez. La ventaja para los alumnos de esta edad es que todavía cuentan con la capacidad de imitar y reproducir sonidos con facilidad, y además poseen una capacidad cognitiva más desarrollada que les ayudará a entender temas y cuestiones gramaticales que escapan del entendimiento de niños más pequeños. Gracias a su curiosidad y a su rapidez de pensamiento son capaces de comprender numerosos contextos y situaciones, y pueden elaborar respuestas (orales o escritas) más complejas.

Los preadolescentes y adolescentes tienen también la gran ventaja de que son más autónomos, por lo que es más probable que aprovechen la oportunidad que les brindan las redes sociales u otros recursos por internet para potenciar el inglés y aprender también fuera del aula. Es posible que muchos sigan por YouTube a algún famoso de habla inglesa del mundo de la música o el cine, por ejemplo, o que se diviertan con videojuegos en inglés, todo lo cual puede servir de motivación, animándoles a conocer mejor este idioma.

Los más mayores están a punto de llegar al final de lo que se conoce como la hipótesis del periodo crítico (Lenneberg, 1967), que afirma que los niños y jóvenes son capaces de aprender un segundo idioma y hablarlo sin delatar su origen. Según los expertos, pasada esta edad es más difícil expresarse en inglés sin que haya interferencias de su lengua materna, aunque esto solo se refiere al acento y no implica que los demás aspectos del aprendizaje del inglés sean más costosos.

En este periodo, todos los aspectos de la vida suponen un aprendizaje, y los estudiantes emplean la mayor parte de su tiempo en poner en práctica su capacidad de estudio y en perfeccionar sus estrategias para enfrentarse a los exámenes y a la ingente cantidad de información, tanto oral como escrita, que los rodea. Son máquinas de aprender, lo que significa que aceptar el reto del estudio del inglés es para ellos potencialmente más sencillo, ya que están muy habituados al ritmo de la vida escolar. Hay excepciones, por supuesto, y podemos caer en la tentación de olvidar que, entre el estudio y los deberes, los adolescentes pueden estar sobrecargados, lo que sería claramente contraproducente para acrecentar sus conocimientos de inglés.

Pros:

  • Los niños de primaria se atreven a lanzarse con el idioma sin sentirse incómodos por los errores que cometen.
  • Pueden ponerse al día con el aprendizaje del inglés gracias a sus habilidades cognitivas y a la etapa en la que se encuentran.
  • Los adolescentes tienen más oportunidades de aprender idiomas gracias a internet y las redes sociales.

Contras:

  • Los adolescentes pueden empezar a tener miedo de quedar en ridículo delante de sus compañeros.
  • Pueden emplear gran parte de su tiempo en estudiar los exámenes de otras asignaturas.

Adultos

Y ¿qué pasa con los adultos? ¿Es un buen periodo de la vida para empezar a aprender un idioma? En los últimos años se nos ha bombardeado con información sobre que nunca dejamos de aprender, y cómo la plasticidad de nuestro cerebro nos permite tener un aprendizaje permanente (Blakemore y Frith, 2005). La gran mayoría de los adultos sigue utilizando todas las habilidades para el estudio y los trucos para gestionar el tiempo que aprendieron en el colegio, el instituto y la universidad. Los adultos poseen un léxico amplio en su propia lengua y un bagaje de experiencias al que pueden recurrir y referirse para ayudarles a averiguar el significado de las palabras y frases con las que puedan encontrarse en otro idioma. No hay ningún impedimento real para aprender inglés en la vida adulta, ni para aprenderlo bien.

Pese a ello, las obligaciones y las responsabilidades familiares pueden no dejarles el tiempo que les gustaría dedicar al estudio de otras lenguas, y quizá tengan ideas bien arraigadas pero erróneas sobre el aprendizaje de idiomas (en base a cómo se enseñaban anteriormente) que bloquean su capacidad de aprender.

También se dice que debido al final del periodo crítico postulado por Lenneberg es poco probable que los adultos puedan alcanzar el mismo dominio de la pronunciación que los niños y jóvenes en un segundo idioma. Nuestro acento es parte de nuestra identidad, y es por esa razón (entre otras) por la que se alega que puede ser más difícil para los adultos asimilar los sonidos del inglés. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que actualmente, en un mundo globalizado como el nuestro, una pronunciación (o una gramática) correcta al 100 % no es tan primordial como lo era antes. La clave es la comunicación, y no si se habla con acento o no; lo importante es que se nos entienda y podamos comunicar con claridad nuestras ideas. 

Pros:

Contras:

  • Es poco probable alcanzar una pronunciación prácticamente como los nativos cuando se empieza a aprender inglés en la edad adulta.
  • Las obligaciones pueden reducir el tiempo disponible para el estudio.

Así pues, volviendo a la cuestión inicial, ¿cuál es la mejor edad para aprender inglés? Como puedes ver, en cada una de las etapas de la vida de las que hemos hablado encontramos ventajas e inconvenientes, pero sí que parece que empezar pronto proporciona a los alumnos una mayor facilidad para adquirir una buena pronunciación y una gramática correcta. Igualmente, se ha señalado que los alumnos de los cursos finales de primaria tienen la capacidad de alcanzar a los más pequeños gracias a que sus capacidades cognitivas se encuentran más desarrolladas. 

En el caso de los adultos, nunca es demasiado tarde para aprender un idioma, especialmente si uno se centra en la capacidad de comunicarse con claridad y eficacia, ¡aunque no hable como la Reina de Inglaterra!

Blakemore, S.-J. y Frith, U. (2005): The Learning Brain: Lessons for Education. Blackwell Publishing Ltd. (Cómo aprende el cerebro: las claves para la educación. Ariel, 2007).

Lenneberg, E. H. (1967): Biological Foundations of Language, John Wiley and Sons Inc. (Fundamentos biológicos del lenguaje. Alianza Editorial, 1975).

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